Domingo 8 Agosto. Nha Trang

Encontramos un hotel por 15 dolares con vistas a la playa y aire acondicionado, cumple los requisitos minimos de higiene y nos la quedamos.

Tueste en la playa, adelanto a silvia en paginas de libro leido, ella esta dormida en la playa mientras yo leo, es lo que tiene no haber dormido mas que una hora en el bus... La gente no es nada pesada, pasan de vez en cuando para ofrecerte gafas, o comida, pero no son como los de Camboya, que te decian que sus gafas eran mejores que las que llevabas puestas, y que por que no querias comprar. 2,5 dolares por las hamacas y la sombrilla, por todo el dia. Aunque se nubla y pone a llover por la tarde (para variar, en este pais a las 4 se pone todo negro).

Miramos que se puede hacer por aqui, pues ir a islitas, bucear un poco y relajarse dandose masajes.

Este dia es entero para la ciudad, damos vueltas entre las agencias, bucear es barato, 45 dolares dos inmersiones con comida, pero no parece que haya muchos corales que ver. Mas tarde vemos que donde nosotros vamos con gafas de buceo es donde hacen las inmersiones con bombonas, y no hay nada interesante que ver. Tras preguntar cuanto cuesta el tren a Hoi An en varias tiendas, y que no nos convezca, 16 dolares nos dicen, y en una nos cobran 2,5 por la gestion.

Vamos a la estacion directamente, vemos dos colas, en una hay unos franceses y en otra no, esta claro en cual nos ponemos. Ambas tienen un cartel como de cerrado y la gente espera, cuando viene la oficinista, por supuesto se pone en la nuestra, haciendo que la gente de la otra fila se intente colar. Lo curioso es que aqui la gente no se queja, yo tenia la bilirrubina por la nubes viendo como se colaban, asi que se lo dije a uno, y las señoras delante de mi tambien le dijeron algo alentadas por el malestar de un guiri, ese soy yo. Pero el tio sabia la tactica de colarse, meter el billete por la ventanilla y pedir, la de los billetes que le daba los mismo, vendia ticket a las manos con billetes. Pero ya hubo uno que no, que le hice un placaje fulminante por el lateral, apoyandome en el mostrador para que no se colara, la señora de delante me guiño un ojo y se rió diciendo, bien hecho. Pero ahora teniamos al tio de detras que con la excusa infantil de mirar un cartel imaginario se acercaba y queria rodearme por la derecha para dejarme sin sitio, en este momento llamamos a los refuerzos, y silvia vino para ponerse delante del hombre, a este no le importaba mucho el roce asi que con la vieja tactica aprendida de mis colas en china, pedi a silvia que me diera algo del bolsillo del abrigo que sujetaba y con tanto movimiento y un par de veces de pedir perdon el tio se separó un poco. Todo esto para comprar un billete, anda que no es divertido este pais. Pues nada, el billete, igual al que nos dijeron, por 12 dolares.


Con el billete en la mano, nos fuimos a comer el arroz nuestro de cada dia. Pero por suerte vimos un cartel que regalaban una cerveza si pasabas de 3 dolares de consumicion y nos metimos a comer pescado. De ahí fuimos a darnos un masaje, en lo que aparentemente era una mezcla entre masajes y otro tipo de servicios. Aunque el sitio estaba muy elegante, fuimos muy reacios al principio, pero el masaje que recibio Silvia fue tan bueno que pedimos el nombre de la chica para pedirla para el dia siguiente. La que me lo dió a mi no era nada buena. Tras sortear a unos cuentos cientos de cangrejos en la playa y que casi la hicieran a silvia la pedicura gratis, nos fuimos a dormir.

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