Lunes 30 de Agosto. Penang a Krabi

Vamos a Krabi, Tailandia, porque nos suena que esta cerca de Ko Pipi, ista famosa por la pelicula de la Playa. Nos recoge el conductor mas camboyano que hemos conocido, chulo, pasota, sin educacion, y conduciendo a todo trapo. El volumen de la musica era demasiado y le tuvimos que decir que lo bajara, lo apago del todo. En una estacion de servicio nos pidio nuestra cosa mas preciada, los pasaportes, pero no los dimos, dijimos de ir con el, el tio entrego los de los demas pasajeros a una señora, nosotros hicimos lo mismo, pero nos dijo que nos cobraba, no entendiamos que haciamos entregando los pasaportes en un sitio que se para solo para ir al servicio. Los guardamos y esperamos a la frontera, alli hicimos el checkout, y a la
entrada pedimos y rellenamos el papel que en la estacion las chicas de la oficina habian rellenado a los turistas del minibus, aunque no sabemos si les cobraron. La verdad es que nuestro amor a los pasaportes es excesivo, pero no los hemos dejado en ningún hotel, y darselos a un tio que nos nos dice mas que se los demos, no nos convencia, pero al final todo bien.

Este hombre nos llevo hasta un pueblo de Malasia, a 50 km mas o menos de la frontera, aqui espera hasta que cogimos otra furgoneta, que tras 20min de camino, volvio a recoger a alguien que llegaba tarde. El conductor se puede denominar entre subnormal profundo y muy profundo, todos, sin excepción, habriamos bajado gustosamente del minivan a darle una somanta de buenas intenciones al conductor, que curiosamente parecia majo. Pero recordamos las otras mil historias que tenemos de casi me muero, y decidimos archivarla. Curiosamente la guia lonely planet, algo acertado que tiene, es que dice que seguro que te tocará contar muchas historias de casi me muero, y los conductores ponen todo su empeño en que nos llevemos tan grata experiencia con el precio del billete.

El paso a Tai fue traumatico, gente sin casco, puestos en la carretera, la gente hacia cambios de sentido por medio de la carretera, perros y vacas en los arcenes, miles de templos, dejamos de ver coches normales de transporte para ver rancheras con la parte de atras abierta, pitidos, en definitiva, ese caos que al principio choca y luego marca la diferencia entre lo divertido y lo aburrido.

Llegada a Krabi, mirar hoteles, tras mirar los de Lonely Planet y ver que no tienen nada que ver con lo que dicen, decidimos ir por 10 euros a un hotel impronunciable, con wifi a toda velocidad y toda la noche, que en otros a las 9pm lo cortaban. El pueblo es muy triste, solo turistas, aunque precios bajos. Cenamos en el mercado, mas autentico de lo que nos esperabamos, platos por 1 euro, cerveza por 1,2.

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